Cuando llegamos a este apartamento de unos 35m2, vimos que el mayor problema era la distribución original que tenía.

Entrabas a un pasillo por el cual accedías a un dormitorio ciego y a una cocina que era el paso al baño y al salón.

Derribamos el pasillo original creando así un espacio totalmente abierto. Por una parte nos daba muchísima amplitud y por otra, creábamos unas zonas de

paso mucho más lógicas, para no tener que pasar por ninguna estancia para pasar a otra.

Una vez derribados los tabiques, nos vimos obligados a modificar los techos, por eso decidimos derribarlos y cual fue nuestra sorpresa, cuando nos encontramos con lo que nosotros consideramos que ha sido lo más bonito de esta reforma, descubrir esa cubierta con unos 5 mts de altura en el punto más alto.

Aislamos la cubierta para solucionar todos los temas térmicos y limpiamos el ladrillo original de la casa para dejarlo a la vista y darle así el punto especial a la casa.

El apartamento da a una fachada que además da a un patio, pero tiene bastante luz. Así y todo hemos abierto dos claraboyas en el techo del nuevo salón y hemos pasado el dormitorio a la fachada para que tenga luz natural y una buena ventilación. Aprovechando la parte alta del tabique que separa el dormitorio y el salón hemos colocado un cristal fijo para dar más luz al salón.

En cuanto a la decoración, hemos querido potenciar la luz que tiene el apartamento utilizando el color blanco tanto en las paredes como en la carpintería, integrando todo perfectamente y dando una sensación de mayor amplitud. Como contraste hemos utilizado los tonos marrones y negros, creando un ambiente industrial que combina perfectamente con el ladrillo de las paredes.

En este caso, tenemos que decir, que hemos hecho un tandem perfecto con una clienta llena de ideas y entre todos hemos conseguido este pequeño pero precioso apartamento.